Enseñar al bebé a hablar de manera correcta evita problemas futuros con la dicción y pronunciación de las palabras. El momento donde los hijos comienzan a expresar sus primeras palabras es muy esperado ansiosamente por los padres que acompañan a cada novedad de su bebé.
No existe un tiempo preciso para que esto suceda. Algunos bebés comienzan a pronunciar sus primeras palabras desde los primeros cinco meses de vida. Otros después del primer cumpleaños y algunos sólo un poco más tarde. Esto es muy relativo y depende de una serie de factores que deben considerarse.
Los estudios demuestran que la acción de los padres ayuda mucho a reducir esta espera. Algunos estímulos y técnicas, cuando se usan adecuadamente proporcionan una adecuada estructura lingüística al bebé, incentivándolo a hablar antes de lo previsto y de manera correcta.
Incentivar al bebé a hablar de manera correcta
Algunos consejos son importantes en esta etapa y deben ser adoptadas por todos los padres interesados en la enseñanza de sus hijos para formar palabras y frases correctamente, evitando problemas de dicción y pronunciación de por vida.
1- Evite dejar que su hijo exprese sus deseos y sentimientos sólo a través de los gestos. Procure reemplazarlos, en los cinco primeros meses, por los sonidos y palabras para que se acostumbren a utilizar este medio de comunicación. Incluso si él no responde de inmediato, la repetición de sonidos está todavía registrado en su cerebro y en el momento oportuno será utilizado por él para expresarse.
2- Algunos niños desarrollan una especie de tartamudeo peculiar por querer hablar rápidamente. Enséñeles a hablar de forma más pausada, pronunciando las palabras sílaba por sílaba.
3- Enseñe al bebé a pronunciar las palabras correctamente. Cada vez que ella pronuncie una palabra equivocada, formular una frase con la palabra adecuada sin repetir la palabra equivocada. Haga hincapié en la forma correcta, sin mostrar el modo errado.
4- Algunos padres sienten que la sustitución de las palabras más grandes y más difíciles de pronunciar por palabras más pequeñas, de fácil dicción, facilitan el aprendizaje del bebé. Este es un error que la gran mayoría de los padres hacen. A modo de ejemplo, sustituir la palabra chupete por “Pepe” y la mamadera por “Tete” no facilita la dicción y evita que el niño se esfuerce para pronunciar las sílabas de las palabras.
Otro punto a considerar es cuando el niño, después de los dos años de edad, aún no pronuncia palabra alguna. En estos casos se recomienda buscar un fonoaudiólogo y verificar si su aparato auditivo y su estructura vocal están saludables.