Tienes una piel seca, grasa o una mezcla de ambas entender cuál es tu tipo de piel te ayudará a saber mejor cómo cuidar de ella.
La piel generalmente se clasifica en cuatro grupos: normal, grasa, seca y mixta, sin embargo tu tipo de piel puede cambiar con los años debido a una serie de factores tales como tu edad, factores genéticos, ciertos tipos de enfermedades e inclusive otros menos obvios. Lograr una piel normal con una vida estable Por los pequeños y un tono uniforme a lo largo de ella es el objetivo de la mayoría de los tratamientos cosméticos, muchas personas poseen esta clase de piel pero para mantenerla en esta condición es necesario seguir una serie de recomendaciones, por ejemplo usar protector solar con al menos un factor de 30 es esencial ya que es importante minimizar la exposición a los rayos solares.
Aplacando la piel grasa
La piel grasa se identifica por un exceso de aceites naturales en la cara y otras partes del cuerpo, algunas personas comienzan a sentir su piel grasosa luego de unas cuantas horas después del baño. Por lo general una persona con la piel muy grasosa tiende a sentir la necesidad de lavar su cara entre el mediodía y el atardecer debido a la acumulación de aceites durante la jornada, la piel grasosa puede ser producto de la herencia pero también puede estar causada por los cambios de la pubertad u otros cambios hormonales. Las personas con una piel grasosa generalmente no necesitan usar cremas humectantes, pero sí bloqueador solar para reducir la exposición a los rayos UV, en estos casos se recomienda usar un bloqueador solar libre de aceites, que esté específicamente formulado para tu rostro para evitar la aparición de puntos negros y que tus poros se tapen lo cual puede causar o empeorar el acné en caso de que ya lo presentes. Recuerda nunca hay excusa para no usar protector solar.
Suavizando La Piel Seca
En la otra mano tenemos a las personas que poseen una piel seca, carente de la humedad natural es decir aquellas que poseen pocos aceites naturales que actúen como una barrera en la superficie de su piel. Las personas con una piel seca sienten cierto estiramiento sobre su rostro y en ocasiones su piel se encuentra irritada, la descamación también suele ser un síntoma en este tipo de casos, pero no siempre es una señal certera de piel reseca ya que puedes presentar escamas en tu piel y aun así no presentar resequedad, en los casos más severos la piel seca se puede volver irritable y dolorosa conduciendo a una condición llamada eczema.
Ciertos tratamientos médicos también pueden convertir una piel normal en una piel con exceso de sequedad, ejemplo de esto son los tratamientos para el cáncer de mama los cuales tienden a detener la producción hormonal afectando directamente la calidad de tu piel, esto ocurre por la detención repentina de la producción de aceites naturales, lo cual nos lleva a indicarte que durante la menopausia también ocurre el mismo problema, muchas mujeres que entran a los 40 comienzan a sentir dicho efecto el cual se acrecienta hasta finales de esa década, manteniéndose estable luego hasta el final de la vida. Para un tratamiento adecuado de la piel seca debes usar suave jabón limpiador suave y generalmente se requieren dos aplicaciones diarias de cremas humectantes sobre la superficie de tu piel.
Balanceando las pieles mixtas
Esta es una combinación de ambos tipos de piel, es decir la piel grasa y la piel seca. Las personas que presentan esta clase de piel usualmente tienen una alta concentración de piel grasa en la Zona T de su rostro, mientras que las mejillas permanecen secas. La piel mixta puede estar influenciada por factores genéticos y nuevamente como en los casos anteriores por la pubertad u otros cambios hormonales. Algunas veces se requiere de una combinación de varios productos para lograr el efecto deseado esta clase de pieles, ya que debes tratar las diferentes partes de tu cara en diferentes formas, por ejemplo un limpiador intermedio y un humectante son necesarios en el área de los cachetes, mientras que una crema anti acné con peróxido de benzoilo será necesario para tratar la Zona T.
Si aún no te encuentras segura acerca de tu tipo de piel o la mejor forma de tratarla te recomendamos que consultes a un dermatólogo, el cual te recomendará el mejor tratamiento de acuerdo a tu tipo de piel, edad y otros factores que sólo él puede determinar adecuadamente. Además recuerda que siempre debes mantener una alimentación adecuada y cuidarte del sol.