¿Cómo saber cuándo dejar de intentar salvar vuestra relación? Aunque no existe una formula mágica para descubrirlo, aquí te mostramos unas cuantas pistas que te pueden llevar a tomar esa difícil decisión.
1. Estás harta de discutir
El mayor y más claro signo de ruptura en una relación de pareja es este. Si te sientes cansada y sin fuerzas para poder sobrellevar una nueva pelea, puede querer decir que ya no quieres esforzarte por solucionarlo.
2. Un nuevo enfoque
Si tienes una gran queja acerca de su conducta, es recomendable intentar buscar una nueva forma de solucionarlo y hablarlo, antes de desistir para siempre. Puede que llevar todo el peso de la relación sea cansado, pero el cambio de actitud que ello puede provocar en tu pareja es sorprendente. Si por el contrario, al cabo de un tiempo notas que todo sigue igual por su parte, ha llegado el momento de pasar página.
3. No hay chispa
Hay un par de signos claros que indican el fin de una relación: por mucho que se pueda arreglar, si has perdido la magia del principio, no hay nada que hacer.
4. Tenéis distintos principios fundamentales
Las discusiones sobre tener o no tener hijos, sobre pensamientos religiosos u ideas personales pueden empezar suave, pero acabar en un gran problema con el tiempo. Si tu pareja no es capaz de respetar y comprometerse con lo que piensas, y viceversa, no merece la pena seguir intentándolo.
Es totalmente normal e inevitable tener ciertas dudas. Nadie está en la cima de la montaña todo el tiempo y sentir que tu relación no es como solía ser es algo típico. Por eso, hay que saber distinguir entre una relación rota y una mala racha. Para ello, no hay que precipitarse y darse tiempo para pensar y tomar la decisión adecuada.
6. Seguir por inercia
Puede que te de pena acabar con una relación que ha acaparado la cuarta o tercera parte de tu vida. Después de todos esos momentos juntos, unos mejores que otros, es duro decidir alejarte de esa persona para siempre. Pero, ¿y si contáis el tiempo que habéis malgastado discutiendo? Si haces un balance, puede que te des cuenta de que últimamente os habéis pasado más tiempo enfadados que como una pareja feliz. Si no ha sido algo pasajero, puede que tu cuento de hadas esté desmoronándose para siempre y no te queda más remedio que aceptarlo.
7. No sigas por lo duro que será dejarlo
Factores como el tiempo que lleváis juntos o los hijos juegan un papel importante a la hora de tomar la decisión, y aumentan la presión y el esfuerzo necesarios para dar el paso de romper. Aunque sí que es verdad, como hemos dicho en el punto 5, que no hay que precipitarse, si sientes que ya has intentado de todo y nada va a cambiar, es mejor seguir adelante, aunque sepas que al principio será duro.
8. Para siempre
Sentir que no volverás a ver a la persona con la que has compartido tanto puede que te eche para atrás. Aunque no tiene por qué ser así. Si bien es cierto que forzar la situación hasta el límite puede causar situaciones de separación para siempre, si consigues hacer las cosas “bien y a tiempo”, no tienes por qué decir un adiós definitivo a la persona que quieres: podéis ser amigos o tal vez retomar la relación más adelante