Es normal que los niños tengan miedos y preocupaciones, pero un número sorprendente de ellos presentan desordenes de ansiedad infantil sin diagnosticar, estos se pueden beneficiar al recibir un buen tratamiento si la problemática es detectada correctamente.
Los niños se preocupan y es normal por ejemplo algunos tienen miedo a la oscuridad o a comenzar en una nueva escuela, entre otras cosas, sin embargo algunos niños pueden preocuparse mucho más que otros y siempre será doloroso ver a un niño sufrir de ansiedad. Es especialmente difícil si no estás seguro del ¿por qué? se preocupa demasiado y si podría necesitar ayuda profesional.
Diferenciar entre la preocupación normal y los desórdenes de ansiedad infantil es cuestión de medir la severidad, sentirse ansioso es natural e inclusive saludable ante situaciones estresantes pero la ansiedad se convierte en un desorden cuando ella interfiere con las habilidades del niño para manejar las situaciones del día a día, esto conlleva a que evite cosas que la mayoría de los niños de su edad disfrutan.
Te mostraremos algunos ejemplos que te permitirán distinguir diferentes tipos de desórdenes de ansiedad de la ansiedad infantil.
Cuando la ansiedad se sale de proporciones
Un niño de segundo grado puede sentirse nervioso al momento de hacer una prueba de gramática, un niño con trastorno de ansiedad generalizado podría sentirse tan preocupado que comience estudiar algunas semanas antes.
La ansiedad severa va más allá de lo consciente
Una niña puede sentir pánico justo antes de participar en su primer recital, en cambio otra con un trastorno de ansiedad social puede sentir los mismos síntomas tan sólo por ordenar en un restaurante.
La ansiedad severa a menudo es indeseable e incontrolable
Un niño de kínder llora en la escuela porque su madre se fue, un niño mayor con trastorno de ansiedad por la separación puede llorar en la escuela debido a que no puede dejar de pensar que su madre morirá si él está lejos de ella.
La ansiedad severa es irrealista
Una niña puede sentir miedo de los ladrones y pensar que ellos podrían entrar a su casa, sin embargo una niña con trastorno obsesivo compulsivo podría pensar que los ladrones entraran a su casa a menos que ella no toque nada en su cuarto.
La ansiedad severa no se marcha
A pesar de que los síntomas de la ansiedad son comunes e incluso son esperados después de una experiencia perturbadora tal como un accidente de autos o una inundación, muchos niños sufren una regresión, por ejemplo un niño con estrés postraumático podrías seguir sufriendo pesadillas aún seis meses después del suceso traumático.
La ansiedad severa lleva a la evasión
Una niña podría sentirse nerviosa acerca de ir a la fiesta de cumpleaños de una de sus amigas, en cambio una niña una fobia específica a los ruidos fuertes podría negarse a ir a la fiesta de cumpleaños sólo porque se encuentra asustada porque los globos explotan.
Por lo general este tipo de trastornos mejoran luego de una terapia de comportamiento combinada con la medicación correcta aplicada durante algún tiempo, luego de esto el niño podrá aprender a tolerar la ansiedad infantil ante aquellos estímulos que le parecen desagradables y perturbadores y sabrá como convivir con ellos sin que éstos interfieran en su vida de manera negativa.