La mayoría de veces disfrutamos de las travesuras y ocurrencias de nuestros hijos, pero otras no sabemos cómo canalizar su energía y mantenerlos en calma. ¿Cómo ayudarlos a desfogar su vitalidad innata y de paso aprendan a encontrar momentos de sosiego?
Lo mejor es predicar con el ejemplo. Si como padres no sabemos calmarnos, difícilmente podemos pedir lo mismo a nuestros hijos.
El problema de los niños hiperactivos no se resuelve con una lista de actividades para mantenerlos ocupados. Recuerda que cada niño es un universo y necesitan límites y reglas claras en casa. Incluso, para saber distinguir entre los espacios que pueden pintar y los que deben respetar. Algunos consejos:
1. Predica con el ejemplo. Si te dejas llevar por el estrés es muy difícil que les pidas a ellos calma.
2. El tiempo libre y el juego incentivan el desarrollo emocional de los niños y el vínculo con sus padres.
3. Rescata la niña interior que hay en ti y no dudes en proponer a tu prole actividades lúdicas o artísticas que despierten su imaginación.
4. Enséñales la respiración consciente para lograr sosiego después de un momento difícil. Y nada como darles un abrazo.
5. Contarles un cuento o guiarlos para que imaginen una situación agradable donde se ven resolviendo un conflicto es una forma de enseñarles a perdonar.