Mascarilla casera para una piel brillante

Las pieles secas y agrietadas no suelen gustar a nadie, ni a las personas que la tienen, ni a quienes miran de cerca este tipo de pieles. Por lo general, y sobre todo las chicas, buscan tener una piel sin manchas y también muy brillante. Para ello, buscan distintos métodos o remedios caseros que consigan que la piel esté lo más resplandeciente posible. ¿Y tú? ¿Quieres tener una piel brillante?

Para todas aquellas chicas que quieran tener una piel brillante en esta ocasión, traemos un método muy efectivo que sin duda nos ayudará a que podamos presumir de piel mucho más. La solución no es otra que una mascarilla casera con la que podremos salir a la calle con otro color más alegre en la cara.

Mascarilla casera

¿Cómo puedo hacer una mascarilla para tener la piel brillante?

En primer lugar, tendremos que tener muy claros los ingredientes que vamos a utilizar para que nuestra piel reluzca y tenga ese color luminoso que tanto estamos buscando para ello, los elementos vitales son los siguientes:

  • Aceita de oliva

  • Miel

  • Bicarbonato de sodio

Y en cuanto a los utensilios que tendrás que tener son tan solo dos: una cuchara y un recipiente que puede ser perfectamente una taza. Su elaboración no tiene mucho misterio, simplemente tendremos que mezclar bien todos los ingredientes que hemos dicho anteriormente y después aplicar la fórmula en nuestra piel a modo de mascarilla para que de esta forma, nuestra piel quede completamente brillante, sin manchas y sea la envidia del resto de personas.

¿Cómo puedo aplicar la mascarilla por mi rostro?

Lo primero que tenemos que hacer antes de aplicarnos la mascarilla para tener la piel brillante es lavarnos la cara con agua para que los poros de nuestra piel seca se puedan abrir poco a poco y vayan transpirando lentamente.

Una vez que nuestra piel esté más receptiva a recibir la mascarilla que hemos elaborado pasamos a la manera en que tenemos que aplicar nuestra mezcla para que esta actúe estupendamente en nuestro rostro.

La aplicación de la mascarilla tiene que estar al menos durante diez minutos en contacto directo con nuestro rostro, desde la cara hasta el cuello. Una vez que haya pasado este tiempo, retiramos lo sobrante con agua tibia y tendremos un paso más para nuestra piel brillante.