De la misma manera que hablamos de que existen vestidos elegantes para cada ocasión y de que no todos los atuendos son los adecuados para según qué momento a veces, también deberíamos atender a otro detalles que se nos pasa por alto pero que tiene el mismo interés real que cualquiera de las anteriores.
Un perfume es un fragancia que se utiliza con la idea de que nuestro cuerpo huela bien y transmita una sensación agradable tanto a nosotras mismas como a quienes están a nuestro alrededor. No obstante, sabemos que hay muchos tipos de perfumes diferentes y esto es precisamente porque cada modelo tiene su momento para el empleo.
De entrada debemos decir que no es sencillo que sepamos qué perfume es el adecuado para cada una de las ocasiones. En primer lugar deberíamos estar familiarizadas con algo de cosmética o bien, haber leído lo suficiente como para saber cuál de los aromas nos iba a sentar mejor.
A pesar de esto, hay pasos sencillos que toda mujer debe conocer para evitarse situaciones incómodas como que el perfume entre por la puerta antes que ella. En este caso, siempre debemos de tener en cuenta que un olor fuerte y continuado puede convertirse en repugnante o al menos cargante y por ello, es mejor que lo vayamos distribuyendo en pequeñas ráfagas para que éste llegue a disiparse y no se quede impregnado de la peor manera posible.
Por otro lado, es importante también conocer el uso que vamos a darle al perfume es decir, no es lo mismo que vayamos a una fiesta de gala o a cenar con el chico que nos gusta a un restaurante que por ejemplo, retemos a una partida de tenis a nuestros amigos del club de campo. En este segundo caso la fragancia debe ser fresca y nada intensa sobre todo, porque sabemos que vamos a sudar bastante.
